Se plantea un aparcamiento de 195 plazas para turismos, distribuidas en 4 plantas trapezoidales de directriz curva, con rampas de intercomunicación situadas en ambos extremos (rotores), y un pasillo central con vehículos a ambos lados en batería colocados a 90 grados. Esta configuración con pasillo central define una circulación de un solo sentido dentro de cada una de las plantas.

Tanto el acceso como la salida de vehículos se plantea en un mismo punto situado en la calle Ramiro de Maeztu, y el edificio crece en altura a partir de esa cota.

La morfología de la propuesta define un aparcamiento semisoterrado, es decir, con fachada frontal, aprovechando la luz y la ventilación natural para reducir la demanda energética respecto a un aparcamiento subterráneo.

La fachada de las naves se conforma con unos bastidores metálicos con mallas y plantas trepadoras, mientras que las fachadas de los rotores se conforman con muros de mini-gaviones, que igualmente permiten la entrada de aire y luz natural, y al mismo tiempo se utilizan como soporte para plantas trepadoras.

Se propone la restauración ambiental de los taludes y espacios afectados por el nuevo aparcamiento con vegetación autóctona, adecuada a su ubicación y con el objetivo de requerir el mínimo mantenimiento. Es decir, dar continuidad al prado seco existente, introduciendo especies de las comunidades potenciales para reforzar la idea del parque de los Tres Turons, y lograr que la vegetación de estos penetre en la ciudad en los espacios que se urbanizan.