La dimensión y topografía del terreno permiten la implantación del nuevo edificio con una ordenación ortogonal, que organiza los espacios exteriores libres de forma independiente según sus usos: el patio de infantil y el de primaria, donde se sitúa la pista deportiva y las zonas de acceso. De este modo, la intervención, con una volumetría compacta, permite su identificación como edificio público. La disposición del conjunto configura nuevas fachadas hacia la Avenida de Barcelona y la calle de Frares.
Se ha buscado una implantación que facilite el acceso a la instalación desde las vías de comunicación rodadas circundantes, y que al mismo tiempo permita la conexión con las zonas peatonales actuales, por donde se han situado los accesos de los alumnos al centro.
Por otro lado, se ha considerado importante diferenciar los accesos de educación infantil de los de primaria, para permitir distintas franjas horarias y tipos de actividad sin interferir en los espacios de recreo. Esta diferenciación se ha resuelto manteniendo el actual y único acceso al centro como acceso de primaria, y creando un nuevo acceso en la esquina de la calle dels Frares con la avenida de Barcelona. Estos accesos cuentan con un espacio de espera destinado a albergar a padres y alumnos en los momentos de entrada y salida del centro.
A los edificios que se conservan se les anexa un volumen de dos plantas con el objetivo de unir los edificios existentes con los de nueva construcción, destinados a albergar los usos complementarios necesarios para que el centro pase a ser de dos líneas. Mediante una serie de rampas con una suave pendiente del 8%, se logra la conexión entre los tres edificios actuales, que presentan entre sí una diferencia de nivel, y la nueva actuación.



